Reyes, mandatarios, presidentes y dictadores han subido al poder, a través de la historia, gracias al enorme alcance y dominio de los diferentes medios y mecanismos comunicacionales sobre la colectividad, haciendo gala de la capacidad de influencia que éstos tienen para moldear opiniones y, en muchos casos, modificar acciones de los públicos a los cuales se enfocan.
Cuando se habla del Calentamiento Global y las consecuencias funestas que ésta situación tiene para el planeta, se siente un aterrorizante vacío en la opinión y acción tanto de la ciudadanía, como de las fuerzas políticas, económicas y comunicacionales, así como de esos líderes para quienes aparentemente el tema no revierte importancia significativa como para hacer parte de sus planes de mandato de las naciones.
Un ejemplo claro se evidencia en la negativa por parte de los líderes políticos de los Estados Unidos, para unirse a las iniciativas mundiales en la prevención y control de la emisión de gases tóxicos arrojados a la atmósfera, siendo ésta la principal causa del deterioro ambiental y el consecuente efecto invernadero que cada vez se hace más evidente en sus efectos negativos. (Protocolo de Kioto)
El diagnóstico no tiene lugar a segundas reflexiones. El planeta hace evidente su deterioro ambiental con cambios climáticos cada vez más agresivos, extremos y peligrosos. No es necesario revisar las teorías de científicos y movimientos ecologistas para darnos cuenta que algo muy delicado está pasando con el equilibrio climático del planeta y que se hace necesario actuar ya.
En este escenario no hay cabida a la manipulación de la información, a no ser que el lector opine que las sequías del África, las inundaciones de Europa, los calores extremos en el verano Norteamericano y los deshielos de los casquetes polares sean un montaje comunicacional con el fin de aumentar las ventas de revistas científicas o el crecimiento de la audiencia de canales televisivos como Discovery Channel o
La humanidad aún está a tiempo de actuar; grandes movimientos de concientización alrededor del cuidado del planeta se ven surgir como frentes de trabajo que buscan la conciencia colectiva de la sociedad, pues sólo a través de un pensamiento y actuar común, será posible recuperar el equilibrio de vida de nuestro único planeta tierra y devolver la esperanza de vida a las generaciones que están por venir.
Es una decisión personal el primer paso a la conciencia colectiva. Es mi actuar, es su actuar, es nuestro actuar, los que unidos, conformarán ese gran frente renovador que presionará y demandará de los monopolios productivos, de las maquinarias políticas, de los entes sociales, una comunicación abierta, movilizadora y porqué no, manipuladora, que podrá impulsar a las grandes masas a lograr la misión no imposible de salvar el planeta.
